Cuatro días en Estambul dan para mucho. A pesar de haber paseado por el Bósforo antes, de haberme sentado interminables horas entre Santa Sofía y la Mezquita Azul, de haber recorrido Taxim de arriba a abajo, a pesar de todo
siempre que voy encuentro todo diferente, será porque Estambul es una ciudad mágica.
Anatolia Central. Un frio del carajo
Esta vez el comienzo de viaje fue un poco más arduo que en ocasiones anteriores. 16 horas (desde Antep pasando por Adana hacia la Anatolia Central para llegar a Estamul)
en autobús (con su pertinente descuento para estudiantes en el ticket. Si os pasais por aquí usar ögrenci promosio, casi seguro que os bajan el precio. ¡Turquía es el país del regateo!)
desesperan a cualquiera, sobre todo si en el camino sólo encuentras restaurantes con té turco que sabe a tierra y en la parte trasera de tu autobus tienes como compañía a 6 militares (con sus correspondientes escopetuchos)
que llevan a dos convictos a saber dónde y acusados de a saber qué.
Sólo cuando eres consciente de estar cruzando desde Asia a Europa por uno de esos dos grandes puentes (Fatih Sultan Mehmet Köprüsü y
Boğaziçi Köprüsü. Como
anecdota decir que
en medio del puente hay un cartelico que pone Hosgeldiniz Europe - Bienvenido a Europa)
que unen las dos partes de la ciudad, sabes que por fin tus pies pisaran tierra y dejaras el maldito vehículo por un tiempo. Lo siguiente es el reencuentro de tus amigos con sus amigos, es decir, de las dos personillas que se vinieron conmigo desde Antep hasta Estambul (Hassan y Senay) con sus correspondientes familiares y amigos.
Y un poco más tarde mi propio reencuentro con Halit (mi guía particular en Estambul siempre que voy)
y empezar a moverse para ver...
El sábado día 21 era Newros. Le comente a Halit la posibilidad de ir pero me advirtió de la peligrosidad del asunto y desisti. A pesar de ello tuve la suerte de ver lo que significa este día para los kurdos de forma sucedanea durante unos minutos.
Uno de los trenes que usamos para ir de una parte de la ciudad a otra pasaba muy cerca del recinto donde se estaba celebrando Newros, por lo tanto toda la gente que iba para allá usaba el mismo transporte que nosotros. Asi que por unos momentos se nos lleno el tren de kurdos tricolor y todos los andenes cercanos al recinto estaban inundados de rojo,amarillo y verde (también de policía dispuesta a repartir ostias en todo momento, como quedo patente cuando un chico asomo la cabeza un segundo y sin motivo mediante se llevo dos leches bien dadas de un madero aburrido).
Se podría decir que vi una milesima parte de lo que es esa fiesta, pero me aumento el mono de querer verla el año que viene de una forma inimaginable...
Como Senay y yo estabamos más muertas que vivas por el viaje. Halit nos propuso la posibilidad de sentarnos tranquilamente a fumarnos una cachimba, tomar algo y a jugar tavla por un rato. Y claro, ante un ofrecimiento como ese nadie se resiste...sobre todo en unos asientos tan cómodos y tan graciosos y con una estufica de las de antes...
Tras ganarme en inumerables ocasiones, nuestro guía (y gran gran amigo) nos propuso ir a comer Kumpir (por describirlo de alguna forma, dire que se parece más o menos al papa-asa)
a Galatasaray por lo que tomamos rumbo para allá. Allí devoramos la comida y luego nos acercamos a ver las maravillosas vistas del Fatih Sultan Mehmet Köprüsü (tengo que decir que las fotos que tome no le hacen una minima justicia para lo bien que luce por la noche)
y de paso me compre un gorro muy majo -verde,rojo y amarillo-.
Puestecillos de Kumpir en Galatasaray
Bogaziçi Köprüsü
Tras el pequeño paseo, lo único que nos quedaba por hacer era emprender rumbo para Karakoy para encontrarnos con el primo de Senay e ir a dormir...