No podía irme de Turquía sin visitar Diyarbakir, si no hubiese sentido que me traicionaba a mi misma y todas las veces que prometi ir (aun así, siempre me quedara un hueco vacío en el alma por no haber visto Newroz).
A pesar de que fue una visita casi fugaz, disfrute enormemente paseando por sus calles y por encima de su muralla, bebiendo te sentada en uno de esos cafes al aire libre en la universidad e intentando convencer a la familia de mi amiga de que mi estomago no era capaz de soportar tanto picante.
Disfrute viendo mezquitas e iglesias y la banderas y colores del DiyarbakirSpor colgados por todas partes para celebrar el ascenso a primera división. Disfrute comprando esos pantalones tradicionales kurdos de los que me he enamorado de forma irremediable y que son tan sumamente comodos. Disfrute bebiendo te -a quien no lo sepa aqui el té es casi mas importante que el agua- en Hassan Paça mientras escuchaba las notas que un violinista le sacaba a su instrumento a unos metros de distancia.
Disfrute y disfrute y se me quedo un sabor dulzon en el alma (quiza por la azucar de todos los te bebidos) y la certeza de que otro día volvere a pasear por sus calles.Como nota curiosa, decir que de nuevo volví a practicar mi esqualido kurdo; lo malo es que sin querer -es un acto instintivo de mi cerebro- cuando volvi a Antep me dio por contestarles a los turcos en esta lengua.
A pesar de que fue una visita casi fugaz, disfrute enormemente paseando por sus calles y por encima de su muralla, bebiendo te sentada en uno de esos cafes al aire libre en la universidad e intentando convencer a la familia de mi amiga de que mi estomago no era capaz de soportar tanto picante.
Disfrute viendo mezquitas e iglesias y la banderas y colores del DiyarbakirSpor colgados por todas partes para celebrar el ascenso a primera división. Disfrute comprando esos pantalones tradicionales kurdos de los que me he enamorado de forma irremediable y que son tan sumamente comodos. Disfrute bebiendo te -a quien no lo sepa aqui el té es casi mas importante que el agua- en Hassan Paça mientras escuchaba las notas que un violinista le sacaba a su instrumento a unos metros de distancia.
Disfrute y disfrute y se me quedo un sabor dulzon en el alma (quiza por la azucar de todos los te bebidos) y la certeza de que otro día volvere a pasear por sus calles.Como nota curiosa, decir que de nuevo volví a practicar mi esqualido kurdo; lo malo es que sin querer -es un acto instintivo de mi cerebro- cuando volvi a Antep me dio por contestarles a los turcos en esta lengua.